miércoles, octubre 11, 2006

Once Minutos


El deseo profundo, el deseo màs real es aquel de acercarse a alguien. A partir de ahì, comienzan las reacciones, el hombre y la mujer entran en juego, pero lo que sucede antes, la atracciòn que los uniò, es imposible de explicar. Es el deseo intacto, en estado puro.
Cuando el deseo todavìa està en ese estado puro, hombre y mujer se apasionan por la vida, viven cada momento con veneraciòn, y conscientemente, esperan siempre el momento adecuado para celebrar la siguiente bendiciòn.
Asì las personas no tienen prisa, no precipitan los acontecimientos con acciones inconscientes. Saben que lo inevitable se manifestarà, que lo verdadero siempre encuentra una manera de mostrarse. Cuando llega el momento, no dudan, no pierden una oportunidad, no dejan pasar ningùn momento màgico porque respetan la importancia de cada segundo.

5 comentarios:

Grimalkin el Bardo dijo...

Muy bien dicho, linda... muy bien dicho.

Gaby del Río dijo...

Gracias, chikys!!!!!
Te amo.

JB dijo...

Gaby, no estoy del todo de acuerdo... unos siempre dudan a pesar de 1.000 certezas y otros siempre se precipitan o demasiado se anticipan.

Que ambos tengan la misma sensibilidad, percepción y química es realmente milagroso!

La química mental y la sensorial deben coincidir sabiamente.

Salu2 de encuentro...

Gaby del Río dijo...

jb: lo sé, y tienes mucha razón, es realmente un milagro!!! creo que yo he estádo en uno durante casi 8 años...es maravilloso!!!
Un beso!!!

juan aberto ramirez dijo...

gracias por dejar estos ejemplos como para refleccionar y volver a escuchar como que tu ser interior