Un día, Malinalli iba caminando hacia la tienda que se encontraba en la esquina de su calle, una de esas calles muy largas. Estaba feliz porque había recibido un poco de dinero para ir a comprarse un par de dulces. Cuando estaba a unos pasos de la tienda observó a una niña no mucho menor que ella, tenía el cabello muy corto, muy claro, los ojos café muy oscuro y sus rasgos eran extraños, pero se veía en su mirada un toque de odio al mundo. Su ropa era muy vieja, seguramente una de esas que va pasando de generación en generación, que cuando ya no le queda a alguien se la deja a la que le sigue en edad. Llevaba una falda muy larga, color rosa, una blusa blanca percudida y su piel era muy blanca, en la cara tenía manchas de lodo al igual que en las manos. Su nombre, Lulú. Cuando se percató de que Malinalli entraría a la tienda, de buenas a primeras se lanzó sobre ella jalándole los cabellos, golpeándola en la cara y tirándola al suelo de un empujón. Malinalli no entendía qué era lo que estaba sucediendo, solo veía a una niñita encima de ella arrebatándole las monedas que llevaba en la mano. Cuando Lulú se quitó de encima de sus piernas, la miró con la nariz arrugada y señalándola con el dedo.
-No le digas a nadie o te va peor.
¿Qué podía hacer ante tal situación? nunca había peleado con nadie y no sabía quién era esa niña, tal vez era hija de algún delincuente y Lulú le había seguido a su casa, sabía dónde vivía. No pudo evitar mentirle a su madre cuando ésta le preguntó lo que había sucedido.
-Me tropecé en la esquina y me golpeé con la banqueta, mis monedas se fueron por la coladera.
Después de un par de días llegó Lulú a casa de Malinalli y se instaló en la banqueta a esperar a que ésta llegara de la escuela. Cuando ella llegó y la vio sentada allí no pudo evitar que la sangre se le fuera de la cara, su palidez era evidente y comenzó a temblar.
-¿Qué haces aquí?- le preguntó
-Vine porque sé que tú vas a la escuela y sabes leer y escribir, te devuelvo tu dinero. Estiró la mano y le dejó caer las monedas dentro de la bolsa del sueter. Pero tú me enseñarás a leer y escribir- añadió, y a mis hermanas también, nosotras no vamos a la escuela y queremos aprender, ¿está bien?.
-Supongo que sí, pero ¿cómo les voy a enseñar?, yo aún estoy aprendiendo.
-Nos enseñarás lo que tú sabes y a cambio yo te enseñaré a hablar como nosotros.
-¿Como ustedes?- dijo Malinalli.
-Sí, tu no conoces nuestra forma de hablar, tú nos enseñas a leer y escribir y yo te enseñaré a comunicarte con mi gente.
-Está bien, puedo intentarlo. A Malinalli no le volvía el color a la cara y el temblor de sus piernas aún era muy fuerte, suficiente como para no dejarla caminar hacia el interior de su casa.
-Bien, entonces mañana vendremos mis hermanas y yo en la tarde, no se te vaya a olvidar- le dijo Lulú, señalándola nuevamente.
-Bien, aquí las esperaré- dijo Malinalli todavía aterrorizada.
Al día siguiente, llegó Lulú a gritarle a su ventana. Malinalli se preocupaba porque no podía meter a éstas niñas en su casa, ¿cómo haría? En su habitación ella jugaba mucho a la escuela, imaginando que la puerta de su closet era el pizarrón, y algunas veces escribía en el con un gis blanco y cuando terminaba de jugar lo limpiaba con un trapo. Pero ésta vez no podía hacerlo, no con éstas niñas, recordó que en la casa de al lado tenían un portón muy grande, negro, tal vez podría hacerlo ahí y después limpiarlo igual que en su casa. Le preocupaba tanto ser una verdadera maestra para ellas y lograr que aprendieran, en realidad no le interesaba que le enseñaran a hablar de la forma en que ellas lo hacían con su gente, solo quería asegurarse de que Lulú no la golpearía nuevamente. Salió con un gis en la mano y un libro de cuentos en la otra.
-Te tardaste mucho- dijo Lulú, disgustada.
-Sí, perdón, tenía qué hacer algo antes de salir- respondió Malinalli angustiada, mirando a las hermanas de Lulú. Eran dos más, un poco más grandes que ella y llevaban ropas muy parecidas, tenían en sus manos una libreta nueva cada una y un lápiz.
–Bien, entonces vamos a empezar. ¿Cómo comenzar, cómo comenzar? se repetía una y otra vez Malinalli. Bueno, qué mejor que comenzar con las vocales. Comenzó por ahí y estuvo un par de días con eso. Lulú había cambiado por completo su trato, ahora era amable y hasta parecía que quería ser su amiga.
-¿Quieres venir a mi casa? Mi madre quiere conocerte- dijo un día Lulú a Malinalli. Está muy contenta porque le enseñamos que sabemos las vocales y ahora estamos aprendiendo el abecedario.
-No sé si mi mamá me deje, pero le preguntaré- respondió Malinalli temerosa, pues no sabía si le ponían una trampa, pero decidió arriesgarse. Fue a pedirle permiso a su mamá y ella lo aceptó diciéndole que regresara temprano. Caminaron hacia la casa de Lulú, justamente en la esquina contraria de la tienda. Cuando entraron, Malinalli quedó pasmada, era una casa bastante grande, pero solo con dos habitaciones, y dentro de la casa había por lo menos diez personas más, no había un solo mueble en la sala ni en el comedor. Se acercó una mujer muy atractiva, algo descuidada en su aseo pero muy linda.
-Tu debes ser Malinalli, Lulú me ha hablado tanto de ti y ya nos mostró todo lo que tu le enseñas. Yo me llamo Danitza.
-Sí, soy yo, dijo Malinalli. Lulú ha aprendido mucho igual que sus hermanas- agregó, y en ese momento las niñas comenzaron a decir el abecedario de principio a fin. Malinalli sintió una emoción enorme, había enseñado algo a esas niñas. Toda la familia se levantó aplaudiendo y diciéndoles que eran muy inteligentes. Danitza tomó a Malinalli del brazo pidiéndole que se sentara y le ofreció agua, luego se sentó a un lado cubriendo sus piernas con la falda que llevaba puesta, muy larga también, su cabeza cubierta con una tela maravillosa de color violeta, y sus ojos eran verdes, de un verde esmeralda que al mirarlos te podía hipnotizar. De pronto levantó una mano y comenzó a hablar:
-Nosotros acabamos de comprar ésta casa, nuestra familia tiene que salir adelante, yo hago algo de joyería con una persona que trabaja plata, somos una familia gitana. Mis hermanos son músicos, cantaores, y todos hacemos ese tipo de cosas, hemos estado viajando durante toda nuestra vida, pero esperamos quedarnos aquí por mucho tiempo, y ahora mis hijas ya tienen una amiga y eres bienvenida, puedes venir cuando quieras y podrás escucharnos si te gusta.
-Muchas gracias, claro que vendré a verles seguido- repuso Malinalli sorprendida por el trato tan cálido de Danitza. De pronto Lulú dio un salto y le dijo a Malinalli que entrara a su habitación a jugar. Cuando entraron en el cuarto, igual sin muebles, solo se veía un closet enorme. Las puertas corredizas eran muy grandes y Lulú las abrió, dentro había cinco niños más, un poco más pequeños, pero todos estaban dentro, dos en unas repisas y los otros en el suelo. Las otras niñas entraron tambien.
-Aquí es donde jugamos, ¿quieres entrar?-preguntó Lulú estirando el brazo para que Malinalli la tomara de la mano y entrara con ella. Estuvieron por lo menos hora y media jugando dentro del closet a oscuras, y estaba realmente maravillada con todo lo nuevo que había llegado a su vida.
Llegó la hora de volver a casa y quedaron en volver a reunirse al día siguiente. Así, durante unos meses se veían después de que Malinalli regresaba de la escuela, Lulú y sus hermanas leían y escribían, incluso los adultos aprendían de lo que sabían las niñas, y de vez en vez Malinalli iba a visitarlos y a escuchar la música de ésta familia, viendo cómo todo el tiempo eran risas, canciones, baile, aplausos, y le encantaba estar ahí.
Un día regresó Malinalli algo tarde de la escuela, y su hermana le dijo que Lulú había ido a buscarla. Se apresuró a hacer su tarea y pidió permiso a su mamá para ir a buscarla, permiso que le fue concedido. Corrió y llegó a casa de la niña y le gritó, pero nadie salió. Estaba algo confundida pues siempre había alguien en esa casa. Más tarde escuchó que le gritaban, eran voces de niñas. Se apresuró a salir y se encontró con las hermanas de Lulú, pero ella no estaba ahí. Se adelantó la mayor, Sandojé.
-Mi madre nos ha mandado por ti, ¿puedes venir con nosotras?
-Claro, ¿pasó algo, dónde está Lulú?-preguntó Malinalli. Pero nadie respondió. Caminaron en silencio hasta llegar a casa de los gitanos, estaba Danitza sentada en el suelo y se percibía un ambiente distinto, todo en silencio, los tíos llevaban una cinta negra en la camisa y nadie hablaba. Danitza levantó la cara y miró a Malinalli, estirando su mano indicándole que se sentara a su lado, sus ojos tenían un brillo extraño y se percibía una tristeza inmensa.
-Malinalli, hoy ha ido a buscarte Lulú al medio día- dijo por fin. Cuando venía de regreso no se ha fijado que venía el autobús, la ha atropellado y ha muerto.
Malinalli quedó congelada, no entendía lo que estaba sucediendo en ese lugar, no podía aceptar lo que estaba sucediendo.
-¿Lulú murió?-
Apretaba los labios y no pudo evitar llorar, no podía creerlo, quería salir corriendo de ese lugar, quería al mismo tiempo entrar en la habitación y ver por sí misma que en verdad ella no estaba allí. No pudo más sino dejarse caer en el suelo frío.
–Dígame por favor, ¿es cierto todo esto? No, no puede ser, ella no……no puede ser cierto. Comenzó a asimilar lo que escuchó y gritó, jalando sus cabellos, y se apretaba las manos con desesperación. Danitza la tomó entre sus brazos y comenzó a apretarla hacia ella, y a acariciar su cabeza.
-Lo sé, lo sé, mírame- dijo ella. Se inclinó y la miró a los ojos: Lulú se fue y nosotros nos vamos de aquí también, pero quiero que escuches y recuerdes siempre esto: Nos hiciste felices y te lo agradezco mucho, ella aprendió lo que deseaba y se hizo de una amiga fantástica, y siempre te pensaremos. Sus ojos se veían llenos de tristeza, pero al mismo tiempo llenos de paz y tranquilidad.
-Debo irme, ¿mañana estarán aquí?- preguntó Malinalli esperanzada.
-No lo sé, pero tú, sí estarás. Vete ya que es tarde y tu mamá debe estar esperándote. Danitza la sacó al patio y mordiendose los labios se despidió, dándole un fuerte abrazo, y Malinalli alcanzó a escuchar las últimas palabras con una voz muy baja. Ashen Devlesa– le dijo, y de inmediato se metió cerrando la puerta detrás de ella.
Malinalli caminó a su casa y le contó lo sucedido a su madre, estaba aterrada y triste, pasó muchos meses soñando con Lulú y todo lo maravilloso que habían pasado, pero nunca más volvió a ver a esa familia, se fueron y nunca más volvieron. Malinalli de vez en cuando volvía a esa casa para ver si en algún momento volvían, pero nunca tuvo suerte, también se mudó un par de años después y nunca olvidó las palabras que escuchó de Danitza, y fué hasta después de algunos años que supo lo que significaban: Dios esté contigo.
Algunas veces Malinalli recuerda a Lulú y sonríe al pensar la manera en la que ésta entró a su vida llenándola de miedo, y luego cómo se hicieron amigas, y no puede dejar de imaginar cómo sería ella ahora, no muy distinta de Danitza, una hermosa mujer que puede mostrarse totalmente rebelde ante la vida, pero que conociéndola puede ser la más dulce y maravillosa.
25 comentarios:
Ay, que bonito cuento Gaby!
De entrada, el hecho de que estuviera relacionado con los gitanos, me atrapó. Siempre he sentido una especial simpatía por su cultura, sus costumbres y lo que envuelven, incluso me recordaste un tema sobre el que no he investigado (y que de seguro pronto haré)
Por cierto, el nombre de Lulú significa mucho para mi, así que aparte de lo lindo de la historia, los elementos engarzados me encantaron.
No nos dejes tan abandonados! =) abrazos!
generalmente no suelo leer post tan largos... hoy si... y me ha gustado, si hubieses mas lulus...
bxcx
Precioso, Gaby. Un beso.
Estimada Gaby,
¡Me alegro de que la espera haya valido la pena!
Un texto bien largo, de esos que espantan un poco a los visitantes cuando se mira la longitud, pero que son llevaderos al leerlos, jamás volviéndose tediosos o aburridos.
De alguna manera me recordó al clima de Oliver Twist, donde el ya no muy afortunado protagonista se ve envuelto en situaciones con gente que en principio le proporcionaría miedo (me refiero al episodio con los niños ladrones), y allí mismo encuentra humanidad, calidez, en cierto modo, la misma que ya conocía en otros espacios (y en una nota anticapitalista, la misma que se desconoce en las altas esferas...).
Por otro lado, y esto no es peyorativo, sino todo lo contrario, me pareció un gran material de lectura para chicos, si yo tuviera una hija o hijo de entre cinco y diez años, le daría gustoso su texto (o si es el de cinco, probablemente se lo tuviese que leer). Y esto se lo digo porque creo que un material que puede ser leído tanto por adultos como por niños es ya algo muy especial.
"Cuando Lulú se quitó de encima de sus piernas, la miró con la nariz arrugada y señalándola con el dedo.
-No le digas a nadie o te va peor."
Esta línea es la que más gracia me hizo, pudiendo imaginar vívidamente a la pequeña Lulú, tan chiquita y determinada, tan breve y tan honda para conocer esos modos que a esa tierna edad no suelen ser...
Le mando un abrazo grande, y espero que no pase demasiado tiempo para su próxima entrada!
El Cristo de los gitanos de Sevilla, es uno de los más especiales que he visto en mo vida. Unos días antes de Semana Santa exponen todas las figuras que saldrán en procesión... pues al Él se le ve con la boca abierta de dolor y se le distingue la campanilla!
El escultor capturó la inspiración, al ver morir a cichillo a un gitano, despues de una gran pelea y muy desigual.
Me gustó el cuento, te identifico con la mini-profe! Eres así, tal como, te veo yo ;D
Lulú y Malinalli, volverán a jugar y aprender juntas... en un tiempito!
Besos "gitanos"
lindo cuento me gustó
Isa: qué bueno que te gustara. A mi me pasa lo mismo con ellos, puedo asegurarlo, espero poder leer lo que mencionas. Por otro lado trataré de no alejarme mucho.
Te mando beso enorme.
:)
xtuco: qué alegría que te animaras a leer mi post, sinceramente no podía quedar más corto.
Un beso
:)
amor: muchas gracias es bueno que te gustara.
Un beso.
:)
Estimado amigo fantasma: En verdad que me ha emocionado su comentario, le diré que ha sido muy difícil escribirlo, después de releerlo me ha costado un poco el reponerme, me lleva a recordar..
Tiene razón, ahora que lo menciona, no había notado lo de Oliver Twist, pero es cierto..jeje
Ahora hablando de los niños, sinceramente me encantaría que así fuera, cargo con ésta historia desde niña, con su parte realmente tragica, pero al mismo tiempo maravillosa, me encantaría poder compartirla con los niños y con cualquier persona.
Lulú era así, justamente como la describe, tan determinada, y supongo que tiene que ver con la vida tan difícil que llevan, debe ser bastante complicado andar por todos lados y que mucha gente los agreda..
Le envío un abrazo afectuoso, prometo que ésta vez no será tardado.
:)
jb: Uf! pues la verdad me encantaría ver eso, trataré de investigar más sobre el asunto.
Jeje, mini-profe, pues sí, algo hay de eso...jeje
Estoy segura de que así será, todos se vuelven a encontrar.
Un beso.
:)
mi despertar: muchas gracias, qué alegría que te gustara.
Te mando un beso enorme
:)
Por primera vez aquí y dejame decirte que me gustó mucho lo que escribiste...
Beso
Era largo..pero llegué al final.
Y llegué al final porque en cada momento esperaba que pasara una cosa y acababa pasando otra.
La vida es asi
...sabes?...yo una vez me topé con una gitana..aunque la experiencia fué un tanto distinta..creo q capto el sentido místico del cuiento..
finalmente el nombre: mallinaly..me gusta...finalmente expresa desarrollo..crecimiento..hierbita al final de cuentas...
saludos!
sag: muchas gracias por tu visita y tu comentario, eres bienvenido.
Saludos
:)
Bosco: Sí, sé que es un poco largo, pero realmente no podía dejarlo corto, creo que es como debe ser. Algunas veces así sucede, esperas que suceda algo y pasa otra, tienes razón, la vida es así....espero que te haya gustado.
Beso
:)
Ka!: realmente creo que en todas las personas gitanas se encierra un toque de misticismo, toda su cultura, todo...
Elegí el nombre de Malinalli, porque era el nombre que quería utilizar en caso de que tuviera una hija, bueno, me tocaron dos niños… no podía utilizarlo…jeje. En fin, ese nombre para mi representa mucho, llegó a mi vista en mi adolescencia, digo a mi vista porque lo encontré en líneas.
Un beso
:)
Gracias Gaby por tus palabras, disfrutá todo lo que tenés un beso enorme para vos
Gaby realmente valió la pena la espera el relato es excelente, espero poder leer
más de tu puño y letra.
En el barrio donde crecí había y hay muchos gitanos y todos le teníamos
un cierto miedo ya que bueno eran bastante rebeldes, pero si te aceptaban en su circulo
jamás te fallaban, una de mis amigas era gitana y aunque nuestras vidas no llevaron por caminos muy diferentes todavía nos tratamos con la complicidad de cuando éramos niñas y puedo agradecerles que me sacaron de algún apuro.
Un beso y me alegro de leerte
Lo que no especificas es cuál de las tantas crisis del gobierno estamos hablando...que yo recuerde fueron como 20 y contando...
Una historia conmovedora. Con fecuencia nos dejamos llevar por los prejuicios y rechazamos llegar a conocer a quienes son diferentes a nosotros (aunque sólo a simple vista). Nos perdemos por ello muchas cosas, entre ellas la capacidad de humanizarnos un poquito más. Besos y hasta pronto.
Gaby... qué precioso...
Siempre estoy a tenta al tema de lo cultural...me atrae muchísimo.
Algún día estaré entre esas túnicas, enseñando.
Besos!
Me encanta la foto que colocaste en el blog! Sos hermosa!
Abrazo al Grimalkin.
mi despertar: como siempre un honor... te mando un beso enorme.
:)
Ilne: qué bueno que te gustó, tienes razón, no te fallan nunca, y pueden ser las personas más maravillosas...
gracias por tus palabras.
Un beso
:)
don gato: bueno, estoy hablando de los 80's, en México, sé a lo que te refieres, y aún nos faltan más...
Saludos y bienvenido
:)
isabel romana: muchas gracias por tus palabras, tienes razón, con frecuencia suceden éstas cosas. Sinceramente el escribirlo me ha llenado recuerdos y justamente me ha llevado al pensar en todo eso, siempre es bueno conocer....
Te mando un abrazo..
Saludos!
:)
ferípula: muchas gracias por tus palabras, espero me mandes una foto cuando te encuentres en ellas, sale? ;)
te mando un abrazo.
:)
Que preciosos textos, un poco largos, pero merecia la pena.
Muy lindo tu blog, me gusta haberlo encontrado
muy bueno, he quedado pensativo... gracias!
Lo escribiste vos? Es de admirar alguien que pueda escribir un texto con tan hondos respiros y largos trancos.
Hola!
Bonito cuento, Gaby.
Gracias y buen fin de semana
seoman: te agradezco mucho el comentario, en verdad me agrada que lean ésto....
Un abrazo.
:)
galafer: eso es bueno, estar pensativo.....espero haber aportado algo importante.
Un abrazo
:)
diluvio: sí, lo escribí yo, un tanto complicado, porque ésto existía en mi desde que soy una niña, algo muy intenso para contar..gracias!
Un abrazo.
:)
david santos: muchas gracias.
Igualmente para ti.
Saludos
:)
Que buena narración, de verdad.
Muchas gracias por tu visita a mi blog, eres muy amable.
Feliz sábado.
Saludos.
tina: Muchas gracias por tu visita y tu comentario.
En cuanto a lo de tu blog, pues no pude evitar querer conocerlo, me recomendaron mucho que lo hiciera y fue muy agradable la visita.
Saludos!
esta buenisisismo el cuento es precioso , te dire de costumbre soy criollo y mi esposa es gitana ambos nos enamoramos y nos casamos , te dire que es bello proque la mayoria tienen miedo a los gitanos pero cuando se los llega a conocer mejor son maravillosos , saludos atentamente
tengo un blog si deseas pasar por el .
www.monicayjorge.blogspot.com este es el principal y luego donde dicen vinculos a la derecha hay estan las otras tres paginas , adiosin muy bello tu relato
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