miércoles, abril 18, 2007

¡Al fin, libertad!



Antes que nada, quiero saludarlos a todos y disculparme por no haber contestado antes ó escrito algo, hace mucho tiempo que no escribo y no sé cuanto tiempo pase antes de que pueda escribir de nuevo, por eso estoy posteando esto ahora, es un texto muy largo, lo sé, pero creo que en estas circunstancias, se vale.


Andrea tiene 8 años, es una niña muy delgadita y delicada, la piel es tan pálida como la de una persona que no sale a la calle nunca. Su madre, Adriana, se divorció cuando ella tenía dos años y se volvió a casar. Ellos tienen muchos amigos con los que comparten veladas enteras, ya sea en su casa o en casa de los amigos.
Hay un amigo suyo, Ricardo, de más o menos 30 años, también divorciado y tiene una hija llamada Denisse que es más o menos de la misma edad que Andrea, pero son personas que ella no tolera.






Llegó el cumpleaños de Denisse y Ricardo le hizo una fiesta en su casa, con primos y amigos de la escuela, claro, invitaron a Adriana para que llevara a Andrea.

-Hija, es el cumpleaños de Denisse y vamos a ir, arréglate para que nos vayamos en una hora.

Andrea no pudo evitar arrugar la nariz dejándose caer a la cama.-No quiero ir, mamá!

-Tenemos que ir, Andrea. ¿Qué les voy a decir? Ya acepté la invitación. ¿por qué no quieres ir?

-Simplemente no quiero, no me gusta ir a esa casa, me da miedo

-Vamos a estar ahí contigo, es verdad, la casa es muy vieja, pero no debe dar miedo, es una casa.

-Bueno, de todos modos no quiero ir- Dijo Andrea azotando su pie contra el suelo.

-Bueno, de todos modos vamos a ir- respondió su madre saliendo de la recamara.

Andrea pensaba la forma de salirse de esto, pero siendo una niña de 8 años no podía hacer gran cosa al respecto. Pensaba en cuanto detestaba ir ahí, no porque la casa le diera miedo, eso era un pretexto bastante tonto para lo que en realidad le asustaba, solo podía recordar cómo en cualquier momento que se encontraba sola por algún motivo con Ricardo, el amigo de su madre, él siempre quería besarla en la boca, Andrea no entendía por qué, pero eso la asustaba y le daba un poco de asco, no le gustaba eso, pero su mamá no le creyó una vez que le contó, pensó que había sido sin querer. Ya en la fiesta, Andrea se encontró con Denisse que estaba llorando en el jardín porque no había ido ninguno de sus compañeros de la escuela, solo estaban ahí dos de sus primos, eso era todo. En ese jardín que era muy grande tenía juegos de parque, jugaron durante horas, Andrea jugó con Denisse esperando que el tiempo pasara más rápido y por fin llegara la hora en que su madre saliera a decirle que se iban. Ya había oscurecido cuando salió Adriana para decirle a su hija que entraran, era la hora de partir el pastel.

-Por fin! –Pensó Andrea. -ya casi nos vamos a ir, sólo parte el pastel y nos vamos.

Ya dentro de la casa y después de las mañanitas más largas que había escuchado jamás, Denisse partió el pastel, sólo quedaban Denisse y Andrea, así que no fue nada tardado el repartir.
Todavía una hora más ahí dentro entre platicas de adultos, sobre el divorcio de Ricardo y todo lo que la mujer estaba peleando que le diera, sobre los problemas que había tenido con la familia, de pronto Ricardo tuvo una idea que le heló la sangre a Andrea.

-Oye, Adriana, Denisse ya se va a dormir, por qué no dejas que se quede Andrea a dormir y mañana vienen por ella, para que mi hija no se sienta triste.

-¡No, no quiero quedarme!.- Se levantó Andrea de la silla y corrió hacia su madre.

-¿Por qué no? Preguntó Denisse. –Anda, nos vamos a divertir, hacemos una pijamada.

-No quiero quedarme, mamá, ¡por favor! Miraba a su madre suplicante.

-Sí, quédate! Mañana vendremos por ti temprano. Se acercó a Andrea y le dijo muy quedito en el oído:
-No vino ninguno de sus amigos, por favor quédate con ella.

-No quiero, mamá, no me gusta estar aquí.

Adriana se levantó de la silla y tomó su bolsa mirando a su marido haciéndole señas con los ojos mostrándole la puerta.

-Ya nos vamos, Andrea, mañana vendremos por ti temprano, ¿si? No te preocupes todo va a estar bien.

Andrea desesperada volvió a suplicarle una vez más a su madre, pero entendió que no había manera de que cambiaran de opinión, Denisse debía sentirse mejor si ella se quedaba a dormir esa noche. Las dos niñas se fueron a la habitación de Denisse, y le mostraba dónde dormirían, después de unos diez minutos entró Ricardo en la habitación.

-Deben tomar por lo menos un vaso de leche y luego se duermen, pero antes deben bañarse.- Salió de la habitación y se dirigió a la cocina.

Andrea, cada segundo ahí se asustaba más, no tenía idea de lo que podía suceder. Solo le dio un par de tragos a la leche y se metieron a bañar, cuando terminó Andrea, la esperaba Ricardo fuera del baño con una toalla, la cargó para llevarla a la habitación, para llegar ahí debía subir unas escaleras muy largas y muy oscuras.

-¿Te gustó el baño? -Llevaba a Andrea en brazos.

-Si, gracias.

-Estaba rica el agua ¿no es cierto? –Se acercó para besarla en la boca

-Sí, estaba bien. –Movió la cabeza para esquivar el beso.

Cuando llegaron a la recamara, Ricardo le dio ropa de Denisse para que tuviera con qué dormir y salió de ahí. Andrea se sintió aliviada, se había ido y solo tenía que esperar a que llegara Denisse para acostarse, pero estaba tan agotada que cayó dormida inmediatamente, ella era de sueño muy ligero, cualquier ruidito que hubiera la despertaba siempre, así fuera un grillo afuera ó un crujido de algún mueble, siempre había sido así. Sintió cuando Denisse se acostó a su lado y le dijo:
-Buenas noches, Andrea.

-Buenas noches. Respondió con una voz muy tenue.

Andrea fue despertada por movimientos algo bruscos, sintió manos en su cintura que la jalaban hacia atrás una y otra vez y sentía que algo estaba muy pegado a su trasero, estaba despertando y no comprendía qué sucedía, volteó y vio que estaba en la habitación de Ricardo, en su cama, casi desnuda, detrás de ella estaba Ricardo que era quien la sujetaba y la jalaba, se levantó de la cama como pudo y vio que tenía solo las pantaletas puestas y en el suelo estaba la pijama, la levantó en seguida y se la puso.

-Ven, acuéstate otro ratito. Le dijo Ricardo levantando las cobijas mostrando su cuerpo también casi desnudo.

-No, quiero llamar a mi mamá, ya quiero que venga por mi.- Recordó que en esa habitación había un teléfono, pero no estaba donde ella recordaba haberlo visto, volteó y vio que estaba encima de un mueble que ella no podía alcanzar.

-Al rato vienen, ven acuéstate conmigo.

-No. ¿Cómo llegué aquí? Yo me acosté con Denisse en su cama.

- Tú te pasaste para acá, solita, pensé que no podías dormir con ella y querías dormir conmigo.

-No es cierto, yo me acosté con ella.- Temblaba pues en verdad no tenía idea de cómo había llegado ahí ni qué había sucedido, lo último que recordaba era que Denisse le había deseado buenas noches, ¿cómo pudo haber ido sola a la habitación de éste hombre, al cual no quería ver?. Salió de ahí y se dirigió a la habitación de Denisse, ya se vestía y le prestó ropa para que fueran a desayunar y luego a jugar al jardín, Andrea no tenía hambre así que no comió nada y salió al jardín para subirse a uno de los columpios, no pasó mucho tiempo para que llegara la otra niña al columpio que estaba a lado.

-Denisse, ¿por qué tu papá siempre me quiere besar en la boca? Preguntó Andrea.

-Bueno, creo que es porque le gustan las mujeres, tu mamá le gusta, talvez sea por eso

-Pero yo soy una niña. Arrugaba la frente y levantaba las cejas un poco confundida

-Pues no sé, solo lo hace.

-¿A ti también te besa en la boca?

-No, a mi no.

En eso sonó el timbre, Andrea corrió a la puerta deseando con toda su alma que fuera su madre. Por otra puerta salió Ricardo para abrir, en efecto, era Adriana con su marido, que iban por Andrea, se puso feliz de que habían llegado por ella. Todavía pasó un rato antes de que se fueran, talvez dos horas, las dos horas más largas de su vida, ya al despedirse le temblaban las piernas a Andrea, se acercó a Ricardo y le puso la mejilla, y escuchó algo que le dio más miedo:

-Si le mencionas algo a tu madre, talvez no despierte mañana, ¿entiendes?
Andrea quedó pasmada, no entendía, sabía que lo que había sucedido no estaba bien, pero ¿por qué le había dicho eso? No lo comprendía, no a esa edad. Ella no quiso volver nunca más a ninguna de las fiestas o reuniones que se celebraran en casa de Ricardo, siempre se inventaba cualquier excusa para no ir, se iba a casa de su abuelita ó con su padre, no quería volver más.




Pasaron los años pero Andrea no olvidaba esa visita, no podía recordar más, pero ahora entendía el porqué era aberrante lo que había sucedido. Un día en casa de su padre, estuvo platicando con la esposa, Tania, y ésta le preguntó a Andrea:

-¿Alguna vez fuiste violada?

Andrea volteó a verla confundida, ¿cómo era que hacía una pregunta de ese tipo?

-¿Por qué me lo preguntas?

-Porque recuerdo una cosa que sucedió, pero eso solo tú puedes saberlo

-¿Qué sucedió? Preguntó Andrea, aún más confundida

-Tenías como 8 años, y le dijiste a tu madre que estabas sangrando, y tenías mucho dolor en el vientre

Andrea lo recordaba, pero no hilaba la situación

-Mi hermano es ginecólogo y tu papá le recomendó a tu madre que te llevaran con él, pues no tenías la edad aún para comenzar con tu periodo, ella aceptó y te llevaron, te revisó y tenías una infección muy grave, hubo que internarte un día y te metieron toda clase de medicamentos, tu madre no dijo nada. Un par de días después hablé con mi hermano y le pregunté por tu situación, y él me dijo que habías sido violada, eso le parecía a él, al menos por cómo te había visto, pero tú tampoco dijiste nada, entonces, siempre me quedé con la duda, pues nadie hizo nada.

-Sinceramente no lo sé- respondió Andrea, haciendo memoria, pero comprendiendo que quizá había sucedido y ella no lo recordaba, no recordaba que éste hombre la hubiera penetrado, pero por otro lado sabía que había algo que no estaba bien, ella siempre despertaba con un pequeño ruido, cómo fue que no se dio cuenta de el momento en el que la cambiaron de habitación, no recordaba nada y eso la angustiaba aun más.
No se habló más del asunto, pero Andrea no dejó de pensar en eso en todo el fin de semana, volvió a su casa y no le dijo nada a su madre.
Después de un par de meses, Adriana le dijo a Andrea:

-Esta noche vendrá Ricardo a la casa, vamos a hacer una cena, ¿estarás aquí verdad?

-No, no voy a estar, me voy a ir a casa de mi abuela- dijo Andrea bruscamente, angustiada y sorprendida.

-Hace mucho tiempo que no te ve y me dijo que quería verte

-¿Sabes qué, mamá? No quiero estar aquí, y no quiero ver a ese tipo, ¿entiendes?

A un lado estaba una prima de Andrea que sabía lo ocurrido, no porque se lo hubiera dicho, sino porque ella había pasado por una situación similar y se daba cuenta por su comportamiento, y le dijo a Andrea muy quedito:

-Ya dile la verdad, dile lo que sucedió

Andrea no podía creer lo que estaba escuchando, ¿qué era lo que ella sabía? ¿por qué le decía eso? Pero le contó a su madre lo que había sucedido, Adriana se asustaba cada vez más pero no creyó una sola palabra de lo que le decía su hija, y al fin le dijo:

-Andrea, yo creo que es conveniente que te lleve con un psiquiatra, ¿cómo dices esas cosas?

-Mamá en verdad sucedió, no sé si me penetró, pero lo que te acabo de decir es cierto, Tania me contó lo que sucedió cuando me llevaron con su hermano, tenía 8 años, y fue cuando sucedió esto, mamá, es real.

-No me digas más, sólo vete, no quiero verte ahora, y voy a hacer una cita con el doctor.




Andrea salió de ahí, llorando desesperada, ¿cómo no había creído su madre lo que le había dicho? quizá porque había pasado tanto tiempo, pero no había dicho nada por la amenaza que había recibido, si a una niña de esa edad le dicen que se calle porque si no lo hace matarán a su madre, se calla, y no hay poder humano que la haga hablar, una madre es lo más importante. No fue a casa de su abuela ni a casa de su padre, caminó durante horas y se metió en un bar, dónde sabía encontraría a sus amigos. Fumo, se drogó y bebió hasta perder el conocimiento, y así pasó bastante tiempo, haciéndolo todos los días, salía al amanecer diciendo que iba a la escuela y llegaba hasta la noche, sólo para dormir. Un día llegó en la tarde a su casa, no en sus cinco sentidos, estaba muy mal, solo quería dormir y la recibió su madre con una bofetada.

-Mira nada más cómo vienes, ¿qué te pasa?

-No me pasa nada, ¿qué quieres que te diga? Me tomé unas cervezas, eso es todo

-¿Pero por qué? Bueno, sabes qué, no me importa, solo métete a tu habitación, vamos a tener visitas más tarde.

Andrea se fue a dormir y ya en la noche escuchó voces en la sala, salió para ver quien era.

-¡Hola, Andrea! ¿Cómo estás? Hacía mucho tiempo que no te veía. Andrea vio a quien le decía esto, era Ricardo, sentado en la sala, se veía como un hombre bastante golpeado por la vida, su cabello lleno de canas pero su mirada seguía siendo la misma.

-Bien, estoy bien, con permiso- Salió de ahí y se quedó afuera por un largo rato, pensando lo que debía hacer, entre las sombras apareció uno de sus amigos, Gabriel, le contó todo lo que estaba sucediendo y quería arreglar la situación, de pronto salió Ricardo del departamento y Andrea alcanzó a escuchar cuando se despedían, lo vio caminar hasta ella y sin pensarlo, se levantó y le dijo:

-Ricardo, ¿te vas?

-Sí ya me voy- respondió, mirándole fijamente.

-Oye, voy a ir con unos amigos a tomar unas cervezas, ¿no quieres venir? Hay algo de lo que me gustaría hablar contigo.- Temblaba como nunca y sudaba frío, tenía tanto miedo de no controlarse.

-Claro, no puedo tardar mucho, pero vamos.- Respondió Ricardo tomándola del brazo. Subieron al auto de Gabriel y se fueron al bar de siempre, ya allí, Andrea se sentó en una mesa mientras Gabriel y otros dos chicos se alejaban a la barra, aprovechó el momento.

-Ricardo, ¿recuerdas aquel día que me quedé a dormir en tu casa y amanecí en tu cama?

-Sí, claro, lo recuerdo muy bien- Andrea percibió una mirada perversa en sus ojos.

-Dime, ¿qué fue lo que sucedió?- Se retorcía las manos debajo de la mesa y trataba de disimular su temblor.

-Bueno, ahora eres toda una mujer, eso es cierto, te lo voy a contar.-Se quedó pensativo por unos segundos y comenzó: -Estabas en la cama de Denisse y noté que estaban muy apretadas ahí, te cargué y te llevé conmigo, esperando que como era una cama más grande, te acomodarías mejor

-Pero estaba casi desnuda

-Sí, es cierto, pensé te daría calor, era una temporada muy calurosa

-Me tocabas…

-Sinceramente, Andrea, siempre has sido una niña hermosa, no tenía nada de malo que te tocara
-No? Tenía 8 años y recuerdo perfectamente que siempre que estábamos solos querías besarme en la boca.

-No sé qué decirte, es verdad y ahora te me antojas mucho más, en serio, eres toda una mujer y te ves, mmhh- Sus ojos se cerraron por un momento y se mordía los labios, mientras Andrea temblaba aún más, pero no dudó ni un segundo lo que haría

-Oye, vamos a otro lado, ¿sí?

-¿Como cuál?- Preguntó Ricardo

-No lo sé. Solo salgamos de aquí, hace mucho calor- le dijo mientras metía su mano en el bolsillo, encontrando una navaja.

-Uf! Bueno, pero ¿qué vas a hacer con tus amigos?

-No te preocupes, ellos se las arreglarán solos.- Salieron del bar y caminaron hacía el hotel que estaba a dos cuadras, ella no podía dejar de pensar que ese día lograría liberar su mente y su corazón de tanto dolor y desesperación. Pidieron una habitación y entraron en ella, Andrea sacó un papel con cocaína y la vació en un mueble del baño formando dos líneas, todo volvía a su cabeza, revolviendo sus ideas y volviendo a sentir terror y coraje al mismo tiempo. –Ten valor.- Se repetía una y otra vez Andrea, recordaba a su madre, recordaba la amenaza, su miedo. Salió del baño unos minutos después y Ricardo estaba desnudo debajo de las cobijas.

-¿Vas a venir? Preguntó, levantando las cobijas

-Sí, claro, pero vamos a jugar un poco.- Respondió Andrea tomando unos trapos que estaban encima de una silla, al parecer eran servilletas como las de los restaurantes.

-¿Cómo quieres jugar?

-Cierra tus ojos, voy a vendarte y a amarrarte las manos, ¿te molestaría?

-No, nunca he jugado así, pero hazlo.

Andrea tapó los ojos de Ricardo y le amarró las manos lo más fuete que pudo, pero lo amarró a la cabecera de la cama, para que no tuviera forma de moverse, después amarró sus pies, su respiración se aceleraba y sentía el corazón fuera de control, escuchaba que Ricardo decía algo pero no entendía sus palabras, no quería poner atención, sólo intentaba escuchar lo que había en su cabeza y volvían las palabras de su madre, luego las de Tania, se imaginaba de nuevo en el columpio cuando hablaba con Denisse, se levantaba y respiraba profundamente, por un lado quería controlarse, pero por otro lado quería verlo sufrir, quería verlo muerto, se acercó a su lado y le dijo:

-Entonces, ¿te gustaba cuando era una niña?

-Siempre has sido hermosa, ven, súbete en mi

-¿A cuantas niñas le hiciste eso?- Le preguntó Andrea, con un tono muy suave, pero su mirada era de temer

-Nunca le hice nada a ninguna niña, ¿de qué hablas? Ven, anda, eso es un juego para ti?

-Sí, siempre te excitó el ver a una niña en tu cama, ¿no es cierto?

-Solo tú- Respondió Ricardo tratando de ser gracioso.

Andrea perdió el control y se fue directo a su cuello con la navaja, una y otra vez, hasta deshacérselo, no paró, escuchaba cómo Ricardo se ahogaba en su propia sangre y luchaba para soltarse de la cama, hasta que ya no hizo ruido, pero ella seguía enterrando la navaja en el cuerpo de Ricardo, en el pecho, en el vientre, en los brazos, en la cara y el último golpe que fue con toda la fuerza que había sentido en toda su vida, lo clavó en medio de los ojos, se levantó jadeando, luchando para no caerse porque su cuerpo temblaba como nunca, le faltaba el aire y no podía hablar, oír ó pensar, se recargó en un mueble que estaba detrás de ella, solo miraba el cuerpo, la respiración y su corazón se iban calmando. Pasó una hora allí, mirando, de pronto comenzó a hablar, diciéndole al cuerpo todo lo que había sentido al entender lo que había sucedido cuando era una niña, lo duro que había sido el que su madre no le creyera lo que había dicho y lo aterrada que se había sentido cuando la había amenazado, liberaba su cuerpo y todos sus sentidos del dolor que la había ido matando durante tanto tiempo, cuando se tranquilizó, encendió un cigarro y se sentó en el suelo a fumarlo, sin dejar de mirar a Ricardo, al terminarlo se dirigió a la cama para desatarlo y enseguida se metió al baño a lavarse las manos y la cara que estaba salpicada de sangre, su ropa lo estaba también, tomó la gabardina que llevaba Ricardo esa no se había manchado así que se la puso, salió caminando de el lugar que estaba desierto, nadie la vio salir. Se dirigió al bar nuevamente donde encontró a Gabriel, no dijo nada al verlo y él tampoco preguntó nada, no había que decir una sola palabra, Gabriel se dio cuenta de que Andrea estaba tranquila y que se había liberado de todo el dolor, sólo le tomó la mano, sintió que temblaba, estaba helada, pero lo entendía y estaría con ella en todo momento. Bebieron unas cervezas, casi al amanecer volvieron a casa. Andrea se quitó la gabardina y la lanzó en un baldío que estaba cerrado con malla de alambre, llegó a casa, se quitó la ropa para lavarla y se fue a dormir, talvez lo hizo por una semana entera y como era de esperarse, nadie hizo o dijo nada en su casa.

Después de varias semanas Adriana se enteró de que un día después de la visita de Ricardo a la casa, lo habían encontrado en un cuarto de hotel, muerto, había sido visto entrando con una chica que al parecer era una prostituta ya que era bastante joven pero no recordaban su cara ni alguna seña que pudiera ayudar a encontrarla, no había pistas. Se cerró el caso, pues se encuentran este tipo de situaciones en esos lugares casi diario. No hay necesidad de volver a Andrea, pues se entiende que ella ahora por lo menos se siente libre.


39 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Una historia escalofriante, gaby. El monstruo acabó devorando a la chica. Besos, querida amiga y hasta pronto.

Diluvio dijo...

Bienvenida a la virtualidad. Yo también necesitaba sentarme y poner en la compu las cosas escritas.

Recomenzar dijo...

Me dejaste sin palabras.
Pero estoy feliz que hayas vuelto a escribir textos...
te sigo y te dejo un abrazo enorme

Gaby del Río dijo...

Isabel Romana: Hola, amiga! Efectivamente, el monstruo la devoró. Entre algunas platicas salió al tema algo que es aún más fuerte. ¿Y si Andrea hubiera perdido aún más el control y asesinado a su madre?
Un beso.
:)

diluvio: gracias por tu comentario, es cierto, pero creo que todos los bloggers necesitaban lo mismo, es como una terapia para todos..no? bueno eso creo.
Saludos!!

mi despertar: muchas gracias por tus palabras, lo haré tan seguido
como me sea posible.
Un beso y un abrazo para tí tambien
:)

Gonzalo Villar Bordones dijo...

desolador.

MaríaGabriela dijo...

La angustia se deje sentir.

Un abrazo y bienvenida nuevamente.

Unknown dijo...

Cuanto tiempo. Merecíó la pena esperar.

Gaby del Río dijo...

gonzalo: si, tambien me lo parece.
:)

flicka: Puedo asegurarte que la angustia y mucho más no me dejaba escribir, este post es el que mas trabajo me ha costado, tardé mucho en escribirlo.
Gracias por tus palabras.
:)

fanmakimaki: Me alegra muchísimo que te haya parecido así, estaré cada vez que me sea posible.
:)

Un beso a todos.

Bosco dijo...

Me ha gustado mucho
Casi tanto como tu regreso

Andrés dijo...

Muy fuerte... y muy real,

A mí me encanta tu blog. Antes de irte de nuevo, piénsatelo. Je je!!

Un beso

A.-

myriam dijo...

simplemente excelente.
Te dejo mi blog por si lo querés ver.
http://myrarte.blogspot.com/

Gaby del Río dijo...

bosco: te agradezco mucho, como siempre..qué alegría que te gustara.
Un beso
:)

Andy: Es cierto, muy fuerte, lo sé, te aseguro que me lo he pensado seriamente, por eso volví, no puedo dejarlo.
Un beso
:)

myriam: qué bueno que te gustó, gracias por tu visita y tu comentario. Bienvenida!
Saludos!

myriam dijo...

Gabi, realmente recomendé tu blog a varios amigos. Tus relatos son geniales. Hay una extrañeza de crueldad y ternura muy original.
De verdad tenés muy buen talento

Gaby del Río dijo...

muchas gracias myriam, en serio te agradezco. Sinceramente no comparto la idea sobre el talento, pero trato...jeje
Un beso
:)

indianala dijo...

Hola Gaby hermosa: tu relato es excelente.
Es valiente.
Es real.

Te extrañe mucho.

galafer dijo...

real, brutal... no sé si la venganza realmente libera, pero cruzado el límite del dolor, culquier cosa es posible.!!

Gaby del Río dijo...

Indianala: muchas gracias por tus palabras, sabes lo que siento al respecto, gracias!. Yo también te extrañé!!!
Un beso

galafer: es cierto, a veces con solo imaginar una venganza para tales casos y plasmarla, sin necesidad de llevarla a cabo, es liberador!!!!!
Un beso
:)

Recomenzar dijo...

Gracias por tus palabras. para vos lo mejor este fin de semana y seguí escribiendo que cada dia lo hacés mejor

Gaby del Río dijo...

Querida Mucha: para ti lo mejor también, amiga!!! Muchas gracias por estar aquí!
Besos
:)

ka! dijo...

El Texto:

Precioso...actual, lleno de sentimiento y urbano, en serio me mantuvo entretenido.

El mensaje:

..mmmmm...es un tema un tanto "dificil" de tocar por este tu adiposo servidor...sólo digamos que: la venganza libera...en serio.

JB dijo...

Gaby, te tardaste pero valió la pena!

También veo un cambio de look, imagino que terapéutico y necesario, felicidades!

Un beso gigante ;-*

Anónimo dijo...

terrible, gaby
me he echado a llorar con la impotencia de la niña en esa situación, y me he indignado con la injusticia y la incomprensión de la madre, pero el final, no sé, quizá habría buscado otra cosa
muy triste, y duele de lo triste que es, y duele que sucede de verdad
un beso enorme en busca de tu amistad pasada,
santi

Anónimo dijo...

Gaby querida, es un orgullo para mí, leyendo éstas líneas, comprobar una vez más la gran valía de la mujer que es mi compañera.

Como te lo dije en alguna ocasión, éste texto me deja pensando en la responsabilidad que tiene, en éste caso el personaje de Adriana, la madre del personaje central, en éste tipo de dramas.

Me deja pensando en la red de complicidades que se construyen a partir de la corta visión de quienes no son capaces de ver más allá de sí mismos y en ello se les escapa la posibilidad de ofrecer a sus hijos la más mínima protección.

Me deja pensando, éste texto desgarrador, que el impulso que lleva a Andrea a degollar a su atacante lleva mucho del terrible rencor y el reclamo más doliente hacia quien un día la dejó desprotegida y a merced de un violador. En otras palabras, Andrea toma el camino de la violencia conjurando así su rencor de años hacia su propia madre.

Bien narrado, bien presentado, y lo suficientemente pulido para añadirle un toque de consistencia, éste texto, como muchos aquí lo han expresado, vale la pena de haber esperado desde tu anterior publicación.

Te felicito, y me alegro de estar a tu lado, presenciando el desarrollo de tu inspiración y tu creatividad.

Te dejo un beso.

peregrina paloma imaginaria dijo...

me quedé sin palabras...
solo...desolador...
un saludo...

ilne dijo...

Querida tay:
Me alegro mucho que hayas regresado y con tanta fuerza.
Es un relato desgarrador, realista y con un final que muchas mujeres
por desgracia han soñado poder realizarlo.
Felicidades y un beso enorme

ilne dijo...

disculpa gaby puse tay disculpa ando con el jet lag y me he despistado con los nombres,
espero sepas disculparme.

Lunaria dijo...

No he evitado sentir escalofríos al leerlo. Impresiona.
Me alegro yo también que estés por estos mundos nuevamente.
Un beso.

Mr. Blue dijo...


Híjole, lo leo y con la ayuda del copia/pega me lo llevo... ¡es impresionante!

Pasé por aquí para despedirme, ya que este bloggero y su blog desaparecen definitivamente.

Muchas gracias por permitirme aparecer por aquí y comentar.

Un abrazo.

Hasta siempre.

Isabel Barceló Chico dijo...

Pasé a verte de nuevo, querida amiga. ¡Vuelve! Besos.

Gaby del Río dijo...

ka: te agradezco mucho tu comentario, es verdad, a veces crees que te libera...
Saludos!!!

jb: qué bueno que te gustó, y sí el cambio fué por todo...
gracias!!

amor: agradezco tu comentario y justo eso es lo que quería transmitir, el dolor, es serio, y lo más duro es que suceda...
Saludos!!

Grimalkin: Cielo, qué puedo decir? simplemente tengo que agradecer porque tu eres quien me ha dado los empujones necesarios para poder lograr ésto, para poder re-leerlos y para poder estar como estoy, tu has estimulado mi inspiración y creatividad desde siempre....Gracias, cielo!!!
Te amo!

cane: muchas gracias por tu comentario, arriba el ánimo!!
Saludos!!!

Ilne: Efectivamente, el final creo que fué lo más he disfrutado, a pesar de lo complicado que fué llegar a el.
un beso

lunaria: Muchas gracias por la bienvenida, (nuevamente) y gracias por tu comentario....Te envío un muy fuerte abrazo.

mr. Blue: Como ya lo había dicho, es un pena que se vaya, pero así debe ser, cuando tiene uno cosas pendientes por otro lado, mejor atenderlas, y lo digo sinceramente, puede volver a comentar cuando guste....éste es su blog, como de todos los demás...y Gracias!!
Saludos!!!

Isabel Romana: Me animas, amiga!! Muchas gracias!!
Aquí andaré.

Ahora, agradezco a todos el que me esperaran tanto tiempo, pero no tenía internet y apenas hace un día logramos estar conectados, estoy de vuelta, y por el momento tardaré un par de días en escribir algo más, ya que me dedicaré a viajar por la blogósfera y visitar a los amigos.
Muchas gracias a todos, nuevamente.
Un beso.

el fantasma de la libertad dijo...

Estimada Gaby,

Finalmente este crápula indigno se ha tomado un buen rato para leer su texto. Si bien ud siempre me expresa que no es obligación, debo decir que con los textos largos de la gente que me interesa, siempre trato de leerlos en momentos de paz mental para no perder el hilo, y entre el vértigo del trabajo y la vida, es complicado a veces.

(Aunque parezca mentira, puedo escribir con menos concentración que la que necesito para leer).

Por otro lado, cuando hoy me vine con el propósito de finalmente dármelas con este texto, encontré que era muy llevadero de por sí, que no necesitaba tanta concentración, ya que un par de párrafos adentro, ya se estaba atrapado en él.

Tengo unas cuantas cosas para decirle, como bien sabe ud, no conozco el significado de la palabra "breve" ;)

Lo primero que me llamó ampliamente la atención fue el siguiente párrafo:

"-Sinceramente no lo sé- respondió Andrea, haciendo memoria, pero comprendiendo que quizá había sucedido y ella no lo recordaba, no recordaba que éste hombre la hubiera penetrado, pero por otro lado sabía que había algo que no estaba bien..."

Hasta aquí, era una suerte de Nabokov invertido, una "Lolita" donde la empatía con el perverso quedaba transmutada en la inocencia de la niña. Pero cuando llegó ese párrafo, recordé palabras similares de una chica que conocí muchos años atrás.
Esta chica, en conversaciones trasnochadas, más de una vez hablaba de cuestiones similares, con esa laguna casi onírica, como si no pudiera del todo terminar de definir si lo que le había ocurrido con un señor mayor era algo que había imaginado o si había sido real. Más aún, no podía terminar de saber qué era ese "algo". Pero como dice ud, "había algo que no estaba bien".

Aquella experiencia me dio una tristeza enorme, ya ni siquiera por el hecho de lo que habría ocurrido, sino porque, también en aquel caso, como ocurrió con Andrea, la familia había hecho todo lo posible por negar lo ocurrido, de algún modo, quizás "violándola" de forma más terrible que el propio hecho inicial.

Me agrada imaginar que Andrea no cometió el crimen, sino que de más grande se sentó, tomó lapiz y papel, y escribió una venganza sangrienta e imaginaria. Más que nada, porque el poder hacerlo en la realidad sería tal vez manchar aún más su historia por la intervención de este oscuro hombre mayor.

Dijo alguien entre los comentarios "Hay una extrañeza de crueldad y ternura muy original." Y debo decir que uno de los elementos ya estéticos que más me agradó fue la salvaje crueldad con la que se describe el asesinato de Ricardo. He ahí la libertad, aunque más no sea por un momento, he ahí el triunfo. Ser capaz de soltar todo eso debe ser digno de aplauso a mi modo de ver, después de todo, la "civilización" y sus buenas costumbres son una máscara. Dicen los religiosos que debiera uno "poner la otra mejilla". Yo prefiero al salvaje por encima del mártir.

Todo esto es una forma de decir que haya existido Andrea de forma más o menos real, la tragedia y el triunfo están palpables en las palabras, y por ahí anda el sentido del relato, de todos los relatos.

He notado con simpatía que la persona que más se asemeja al "heroe" de este relato sin héroes se llama Gabriel, algo que no me sorprende y me da cierta ternura.

Por otro lado, como dijo un meloso pachanguero que comentó por ahí:

"Me deja pensando, éste texto desgarrador, que el impulso que lleva a Andrea a degollar a su atacante lleva mucho del terrible rencor y el reclamo más doliente hacia quien un día la dejó desprotegida y a merced de un violador."

No podría estar mas de acuerdo con esto, tanto por Andrea como por quien conocí y antes mencionaba.

Finalmente le recomiendo que se cuide de esos melindrosos melómanos que pretenden conquistarla hablando como lo hace aquel que ha sido llamado en otro lado "simpático Bardito" ;)

Le dejo un abrazo fuerte y espero que junio la encuentre con ganas de escribir!

Gaby del Río dijo...

Estimado amigo fantasma: Antes que nada le agradezco que me escribiera, debo decir que me ha llenado de alegría el encontrarme con su comentario.
Lo de la brevedad, (jajajajaja, sabía que usted sabría que fuí yo) es algo que me encanta, debo recalcarlo, porque en toda esa extensión de palabras se encuentran cosas que no podrían encontrarse en dos lineas, sé que no conoce el significado, pero eso es algo que a mi parecer lo hace ser quien es y espero que no cambie en absoluto.

Ahora, sabía que llegaría esa reflexión, no esperaba menos y ahora veo que yo no estoy tan errada, es verdad se encontró la libertad al plasmarlo y eso llena aún más. Para que se llegara a ver todo esto, pasaron bastantes años y es que como usted dice, la familia hizo hasta lo imposible para negar lo ocurrido, como consecuencia también la mente de Andrea, negandolo hasta que encontró a alguien que le ayudó a abrir los ojos y darse cuenta de ello, su heroe, quien siempre ha estado a su lado, Gabriel. He conocido mujeres que han pasado por una situación similar, al igual que la chica que usted menciona, sinceramente pensando en todas las mujeres que han vivido tal brutalidad (para el alma sobre todo) no se me dá la gana dejar que se ponga la otra mejilla, no se me dá la gana que se quede en el olvido y en un ¿qué habrá sucedido? se me antoja terminar con todo de un solo tajo y demostrar que existe la libertad absoluta, yo sé que sí se logró, con dolor y con todo a lo que llevó el reconocer a quienes la dejaron desprotegida, todo lo que llegó a la mente cuando llegó al asesinato.

Finalmente, le agradezco la recomendación, la tomaré en cuenta, le aseguro.
;)
Yo también espero que éste mes me llegue el remate de mi próximo texto.
Le mando un fuerte abrazo.
:)

Isabel Barceló Chico dijo...

Vuelve, te echo de menos.

Mucha dijo...

WHY MEN ARE NEVER DEPRESSED:!!!!!!!!!!!!!


Men Are Just Happier People-- What do you expect from such simple

creatures? Your last name stays put. The garage is all yours. Wedding plans
take care of themselves. Chocolate is just another snack. You can be
President. You can never be pregnant. You can wear a white T-shirt to
ater park. You can wear NO shirt to a water park. Car mechanics tell you
the truth.. The world is your urinal. You never have to drive to another
gas station restroom because this one is just too icky. You don't have to
stop and think of which way to turn a nut on a bolt. Same work, more pay.
Wrinkles add character. Wedding dress $5000. Tux rental-$100. People never stare at your chest when you're talking to them. The occasional
well-rendered belch is practically expected. New shoes don't cut, blister,
or mangle your feet. One mood all the time.
Phone conversations are over in 30 seconds flat. You know stuff about
tanks. A five-day vacation requires only one suitcase. You can open all
your own jars. You get extra credit for the slightest act of
thoughtfulness. If someone forgets to invite you, he or she can still be
your friend.
Your underwear is $8.95 for a three-pack. Three pairs of shoes are more
than enough. You almost never have strap problems in public. You are unable to see wrinkles in your clothes. Everything on your face stays its original color. The same hairstyle lasts ! ! for ye ars .... maybe decades. You only have to shave your face and neck.
You can play with toys all your life. Your belly usually hides your big
hips. One wallet and one pair of shoes -- one color for all seasons. Youcan wear shorts no matter how your legs look. You can "do" your nails with
a pocket knife. You have freedom of choice concerning growing a mustache.
You can do Christmas shopping for 25 relatives on December 24 in 25
minutes.
No wonder men are happier

Te dejo un beso te mando esto para que te rias. y ¿sabes???? siempre te recuerdo

Anónimo dijo...

Está muy fuerte en el sentido de que toca temas muy reales que corren de lo triste a lo deplorable.
Hablar de culpas y razones de cada uno de los involucrados sería solo subrayar lo que leímos,sin embargo, puedo aportar que en mi opinión, las personas vivimos con sombras de sucesos lamentables, muchos se intentan adaptar a las circunstancias y a veces se hecen estilos de vida diferentes a lo que sienten;
Creo que crearnos na historia diferente a lo que somos realmente y lo que queremos disolver con el tiempo, es parecido a meter nuestras esperanzas en una olla express, algún día explotará.
Finalmente, considero que así como desafortunadamente nos toca vivir con circunstancias lamentables, también nos vemos obligados a terminar con cosas extraordinarias que nos costó mucho trabajo alcanzar y que al no ser compatibles con la realidad de nuestra vida tenemos que dejarlas de lado, haciendo con esto una especie de crimen, que sabemos bien al tiempo nos evitará problemas.
Saludos cordiales,
Cesarmotly.

Conciencia privada : Daniel Bonifaz dijo...

Quizá una navaja fue la píldora, paliativo, nada más.
La sangre fue el líquido para tragarla.
¿Pero qué puede en verdad borrar esos recuerdos?

Si esos recuerdos se pudieran ocultar con una gabardina...

Murió quien los generó, murió el culpable del odio, pero no muere quien los ha sufrido, no muere ella... quien odia.

Recuerdos, sus recuerdos le seguirán mientras siga viva, pobre de ella, pobre.

¿Cuánto tiempo le durará el placer de recordar verlo sangrar?

¿Cuánto tiempo sentirá sangrar su propia alma?

¿En verdad se ha curado por haber asesinado al pervertido?

Pobre Andrea.

¿Ella seguirá viva?

Gaby del Río dijo...

Lo está....
=S

Anónimo dijo...

Que fuerte y que intenso, elevado y trscendente, despertando los sentimientos que sembró el Maestro C. Bukowsky en un texto 'culaquiera'. Gracias.

Gaby del Río dijo...

Gracias a tí, Cesarmotly!!!
Saludos!
=)