martes, octubre 31, 2006
Noches amargas
Tantas noches, tantas noches amargas pasaron,
tantas noches sintiendo frío inyectando mi cuerpo,
doliéndome los huesos y el alma, mis labios partidos.
Morfeo decidió retirarse de mi vida por un tiempo,
no dormía, no soñaba, ¿cuántas noches amargas?
no lo sé, perdí la cuenta.
Finalmente, apareciste en mi vida, transformaste mis noches,
las noches más dulces y exquisitas, llenas de placer,
el frío desapareció, el dolor y la pena. ¡Morfeo ha vuelto!
y tú... te has quedado..
viernes, octubre 27, 2006
Sola en casa
-Hay suficiente comida para el fin de semana- dijo su madre, tomándola del brazo.
-gracias, mamá.
-¿estarás bien?
-sí- respondió, mirándola a los ojos- no te preocupes- no podía dejar de pensar que estaría sola, completamente sola. Después de dejar a su madre en el aeropuerto, regresaba a su casa, harta un poco del tráfico y otro tanto por el calor que hacía en la calle. En las escaleras del edificio, se desabotonó un poco la blusa, para recuperarse un poco. Quizá lo encontraría en el camino, corría para que eso no sucediera, entró directo al baño, a preparar la tina. Por la noche saldría con unas amigas a un bar, preparándose para salir, escucha el timbre de la puerta, era él, con sus pantalones ajustados y una playera con la que no disimulaba nada los músculos.
-¡Hola!
-¡Hola!,¿Cómo estás?
-bien gracias, oye solo vine porque tu madre me dijo que saldría de viaje, y pues...cualquier cosa que necesites, puedes buscarme, ¿está bien?
-claro, muchas gracias-no pudo evitar el comenzar a sudar, las manos le temblaban, la palidez no se hizo esperar.
-¿estás bien?- entró tomándola de los brazos y sentándola en el sillón.
-sí, no te preocupes, solo se me bajó un poco la presión- cada roce de sus manos en sus brazos le hacía sentir un cosquilleo por todo el cuerpo.
-¿estás segura, puedo dejarte?
-sí....oye, en un rato saldré con unas amigas ¿quieres venir?-se sorprendió a sí misma haciendo la pregunta, anticipando un no.
-claro, ¿a dónde irán?-a un bar que está cerca de aquí
-bueno, voy por mi chamarra, así puedo estar al pendiente de ti.
-bien, aquí te espero- se levantó del sillón aterrorizada, corría a su recamara, corría al baño, ¿qué pasaría?. Unos minutos más tarde, volvió y se acomodó en una silla frente a ella.
-bueno, y ¿a qué hora llegarán tus amigas?
-no deben tardar, quedamos que estarían aquí hace una hora- en ese momento suena el teléfono y ella contesta:-Hola. Bien. No te preocupes, ya será otro día.- su mirada se apagó por completo, se había ido la oportunidad de salir con él, cuelga el teléfono.
-¿qué sucede?
-se canceló, tuvieron algún problema
-bueno, ¿quieres unas cervezas?
-¿en serio? no tienes qué hacerlo
-a mi también se me antojó- tomó su chamarra, y la tomó del brazo para que salieran a comprar algo.
-no, yo tengo aquí- las tomó del refrigerador, bebieron por mucho tiempo, platicando sobre los amigos, las fiestas, y sobre novios, nuevamente se sentía acalorada, excitada, de pronto él se acercaba un poco más y le tocaba una mano, luego la pierna, se sintió húmeda y no ponía atención a lo que él decía, solo sus manos estaban en su mente.
-ya tengo que irme
-no, no te vayas, quédate.
-no puedo hacer eso, ¿qué quieres hacer?
-no quiero estar sola- él se acercó un poco más a ella y le acarició el cabello
-está bien, ¿quieres otra cerveza?
-no- tomó su mano y comenzó a besar los dedos.
-¿qué haces?-preguntó sin retirar la mano, eso le había agradado, ella lo besó.
-ven- lo llevó a su habitación de la mano. Sentados en la cama, él comenzó a desnudarla. Ella lo ayudaba, y desabotonaba su pantalón. Se moría de ganas de verlo.
-¿quieres tocarme?- le dijo ella, estirando su mano. La colocó en su seno y le mostró cómo era que quería ser acariciada. Escuchaba su respiración y él tomó su mano y la dirigió a su sexo, de vez en cuando le marcaba el ritmo, la intensidad de la caricia, de pronto, se detuvo, la empujó a la cama abriendo sus piernas, y le besó el sexo. Cerró los ojos y respiró con fuerza. Escuchaba sus gemidos y le gustaba tanto que fue subiendo el tono hasta gritar. Mientras el besaba, tuvo un orgasmo. Era la primera vez que sentía algo tan fuerte. Trató de alejarlo, pero fue en vano, la cara de él estaba empapada y continuaba. Se alejó de él. Ahora era el turno de ella, lo tomó de nuevo y comenzó a hacer lo mismo, ahora ya sabía cómo hacerlo. le hacía estremecerse. Lo escuchaba decir que no se detuviera, y aceleró el ritmo. Eyaculó casi enseguida. Ella no permitía que se alejara, tomó una sábana y limpió su cara. Se recostaron en la cama y durmieron hasta casi el mediodía.
-Es hora de irme
-está bien, ¿te veré hoy?- dijo ella con una gran sonrisa en su rostro
-claro, estaré cuidándote nuevamente- sonrió y le besó la frente, había olvidado por completo que ella tenía 7 años menos que él.
-te estaré esperando. Nuevamente llegó la noche y se encontraron en el mismo sitio, y aprovecharon el tiempo a solas, hasta el día que debía regresar su madre, jurando que se encontrarían en cuanto tuvieran la oportunidad. Cuándo llegó su madre, ella dormía, entró en su habitación y la tocó en la frente.
-he llegado, hija
-¡Hola, má!, ¿cómo te fue?
-ya sabes, trabajo y trabajo, y ¿a ti? no pude dejar de notar que no comiste nada en todo el fin de semana
-oh, si comí, pero lo hice fuera, el vecino se encargó de que lo hiciera
-bien, sigue durmiendo, mañana es día de escuela, no querrás llegar tarde.
-no. Que descanses, madre.
-Buenas noches.
Los Dolientes
Bajo la luz del mediodía, un maestro y su discípulo caminaban frente a un cementerio y en él vieron a dos dolientes ante diferentes sepulcros. Uno lloraba en silencio. El otro, también llorando, se desgarraba las ropas.
Consternado ante este último, el discípulo no pudo evitar decir: "¿Cuànto debió de amar a su ser querído!"
A lo que el maestro díjo: "Cierto es. Pero la causa de su sufrimiento de hoy es no haber demostrado su amor cuando lo pudo hacer."
"Maestro -dijo el joven-, si la soledad y el sufrimiento son el resultado de morir o alejarse el ser amado, ¿esto quiere decir que el otro menos amó y por ello no es tanta su soledad y por lo mismo poco su sufrir?"
Y el maestro contestó: "Cierto es que la proporciòn de lo que se sufre va en relaciòn a lo que se pierde y que consideramos nuestro. Pero observa bien y verás que uno se desgarra el vestido y el otro se desgarra por dentro. El primero al no dar del todo su amor fué como un niño que sólo recibió y de ahí su ahora inconsciente remordimiento. Acabará, falsamente, teniendo qué o quién le consuele.
El otro, el que en silencio llora, ha perdido no a su protector sino a su compañero y, por tanto, morirá en él una parte importante, quizá la mejor. Pero también brilla en su rostro el agradecimiento y un "Te amo y te llevo dentro', vertido desde el fondo de su ser. Y no habrá nadie que pueda ocupar su lugar"
Este texto me parece maravilloso,es de el libro "Pequeño hombre", de Emilio Rojas una buena lección para la vida.
miércoles, octubre 25, 2006
Fin de la historia
-Billy, murió- escuchó Julia, por el teléfono, su mirada se perdió por completo en el fondo de su recamara. -Julia, ¿estàs ahì?-. -Si, aquì estoy, te llamo después-.
Después de colgar el teléfono, encendió un cigarrillo y se sirvió una copa de Jack Daniels, sumergida en el recuerdo.
Julia iba a una fiesta, era el cumpleaños de su hermana Celina, lo festejarían con los amigos, Billy estaba ahí, era el amor platónico de Julia, ella no podía dejar de hundirse en su mirada, y estába un poco nerviosa, ya en la fiesta, Billy estaba en un rincon, solo, como casi siempre lo hacía, comenzó a sonar Can`t help falling in love con UB40 y Julia bailaba, con los ojos cerrados, escuchó; -Julia, ¿quieres bailar?- al abrir los ojos, él estaba ahí, mirándola, esperando una respuesta, que no llegó, solo lo tomó del brazo y caminaron hacia la pista, el baile comenzó, una de las piernas de Billy estába entre las piernas de Julia, su corazòn se aceleraba y no podía detenerlo. -Necesito aire- le comentó Julia, él la acompañó fuera del lugar, y se recargaron en un auto que estába estacionado.
-Julia, ¿sales con alguien?-, -No- mintiò, pues lo hacía, no era nada importante pero, Billy se lo estába preguntando, se le acercó y comenzó a besarla, acariciaba la parte superior del muslo, y Julia, no podía disimular, estába sudando frío y temblaba. -¿Te parece si andamos un rato y vemos qué pasa?-. Besos, caricias, y energía por todo su cuerpo.
Julia, bebió un trago de su copa, hacía tiempo que ellos se habían separado, pero al parecer, ninguno de los dos había dejado de amar al otro, habían tenido una relación bastante larga, e intensa, pero nunca llegáron a conocerse lo suficiente. Julia tenía ya una relación con otro chico, al cual amaba con locura, pero la sombra de Billy, siempre estába ahí, no se permitía disfrutar lo que tenía ahora.
-¡Billy, está muerto!, su sombra desapareció- terminó su copa y su cigarro, y se sentò sobre su cama. -Bien, èste es el fin de la historia-.
lunes, octubre 23, 2006
¡Yo soy felìz!
Cuando piensas que no puedes lograr sentirte felìz, solo mira los ojos de tu pareja, y recuerda el primer beso, la primer caricia, la primer sonrisa, la primer palabra.
La primera vez que hicieron el amor, y la ùltima, que es mejor que la anterior, la que està por venir, y las palabras, las que se dicen al oìdo; ¡TE AMO!. Debes sentir esas mariposas en el estomago y debes recordar siempre el esfuerzo, el trabajo que te ha llevado a estar donde estàs ahora, y estaràs en la FELICIDAD TOTAL.
¡ERES UNA PERSONA COMPLETA!
La Eternidad
viernes, octubre 20, 2006
Once minutos II (Pasiòn)
La pasiòn hace que uno deje de comer, de dormir, de trabajar, de estar en paz. Mucha gente se asusta porque, cuando aparece, derrumba todas las cosas viejas que encuentra.
Nadie quiere desorganizar su mundo. Por eso, mucha gente consigue controlar esta amenaza, y es capaz de mantener en pie una casa o una estructura que ya està podrida. Son los ingenieros de las cosas superadas.
Otra gente piensa exactamente lo contrario: se entrega sin pensar, esperando encontrar en la pasiòn las soluciones para todos sus problemas. Descarga sobre la otra persona toda la responsabilidad por su felicidad, y toda la culpa por su posible infelicidad. Està siempre eufòrica porque algo maravilloso sucediò, o deprimida porque algo acabò destruyèndolo todo.
Apartarse de la pasiòn, o entregarse ciegamente a ella, ¿cuàl de las dos actitudes es la menos destructiva?
La verdad, yo no puedo dejar de ser apasionada......
jueves, octubre 19, 2006
Sensibilidad
Entre los lìmites que parecen rodear a mi pequeño "yo" y la infinitud de mi Destino que abarca todo el Universo, hay una aparente distancia que recorrer que no es distancia y hay un tiempo a transcurrir aparentemente largo...., casi eterno. Dicho de otra forma: entre nuestro corazòn y el corazòn de Dios parece existir una distancia a la que matemàticamente siempre faltarà algùn cero; sin embargo, eso tambièn es una apariencia pues, ¿què distancia podrìa existir entre un "algo" que nunca ha estado fuera y otro "algo" que siempre ha estado dentro? La distancia que parece haber entre un problema y su soluciòn, nunca radica en la esencia del problema, simplemente es un error de planeamiento.
El hombre primero inventò la filosofìa, la fìsica, las matemàticas y despuès perdiò la paz porque nada de lo que su corazòn sentìa, cuadraba con sus conceptos. Pero por pura cuestiòn de orgullo, se negò a reconocer su impotencia, se negò a postrarse humildemente ante el misterio, y decidiò anestesiar con la droga de la "razòn" su sensibilidad, ponièndose a justificar con fingida naturalidad su sufrimiento. Ahora finge que todo està bajo control, que todo cuadra, y para todo lo que se le escapa, se consuela falsamente: "¡què se le va a hacer!..., ¡no hay màs remedio!...! ¡Y se le escapan tantas cosas!, ¡tantas cosas asfixian su corazòn!, que ya ninguna de esas muletillas le sirven como consuelo. Asì que no encuentra otra salida que aumentar la dosis de "morfina" para acallar las llamadas de dolor y de socorro que claman desde su pecho.
¡Pero hay otra! ¡Por supuesto que hay otra salida!: LA ÙNICA SALIDA, pero pasa por la humildad de dirigir nuestra mirada hacia el suelo y darse cuenta, que el camino tiene que ver màs con el vientre y con los pies, que con ir sorteando con la cabeza las vigas de un falso techo.
miércoles, octubre 18, 2006
De la comprensiòn
" Si comprendes, las cosas son como son; si no comprendes, las cosas son como son"
MABEL COLLINS
Comprender por què estàs triste se puede convertir en una gran alegrìa. Comprender por què estàs solo, te puede traer la màs amante de las compañìas. Comprender por què has estado "muerto" hasta ahora, puede hacer que recobres la Vida.
¡Comprender! ¡Comprender!...., pero, ¿quièn comprende?....
los niños comprenden, los àrboles comprenden, la la lluvia comprende, el viento comprende.
¡Reconoce al niño, al àrbol, a la lluvia y al viento que vive en tu interior, y deja que ellos comprendan por ti!
martes, octubre 17, 2006
La flor de la certeza
Ninguna hoja se cae de un àrbol airada y maldiciendo al otoño porque le quite la vida; tampoco se lamenta resignada, simplemente acepta e igual que disfrutò su nacimiento, disfruta ahora su partida. Ningùn pequeño montìculo echa de menos el ser tan alto como el Everest, ni èste tampoco se siente tentado a ridiculizar a las colinas. Ninguna rosa se siente deshonrada en su belleza por tener que convivir con las espinas. Todo en la Naturaleza acepta el hecho de ser lo que es y encuentra en ese ser lo que es, su màxima alegrìa. Todo siente certeza en actuar, todas las cosas se aceptan a sì mismas. Todo se deja llevar, todo emite su nota en el momento justo en que la partitura se lo indica. Èste es uno de los màs bellos atributos de la Existencia: por èl, ninguna cosa se siente a sì misma menos que Divina; por èl, todo hecho es realizado sin tibieza, sin dudas, sin que nada se sienta obligado y sin que tampoco nada se resista. Todo es intenso y suave al mismo tiempo, todo es justo, exacto, perfecto, todo encaja a la primera, como un traje hecho a medida. Nada se lamenta, nada se queja, ninguna cosa se siente cargada de "razòn", ninguna pide "justicia", ninguna se siente marginada, extraña, fuera de su casa, menos considerada que otra o menos atendida. Los humildes guijarros, por ejemplo, no miran a las estrellas con envidia. Las hormigas no sueñan con llegar a ser reyes de la selva, ni ningùn leòn tampoco se siente por encima de una hormiga. Nada duda en hacer prosperar cada vez con màs entusiasmo la parcela que le ha tocado cultivar en el Jardìn de la Vida.
¿Por què en los hombres parece tan distinto?
¿Por què parece haber un abismo entre su corazòn y su alegrìa?
¿Por què, el ascensor en el que elevamos nuestras oraciones al cielo, tiene siempre puesto el cartel de "no funciona...hay averìa?
Quizà debamos fijarnos màs en còmo rezan los rìos, en como rezan los àrboles, las piedras, los leones....y las hormigas.
Quizà debamos humildemente aprender de ellos que ser UNO MISMO es ser UNO CON LA VIDA.
viernes, octubre 13, 2006
Libertad
Èrase una vez un pàjaro, adornado con un par de alas perfectas y plumas relucientes, coloridas y maravillosas. En fin, un animal hecho para volar libre e independiente, para alegrar a quien lo observase. Un dìa, una mujer lo vio y se enamorò de èl. Se quedò mirando su vuelo con la boca abierta de admiraciòn, con el corazòn latièndole màs de prisa, con los ojos brillates de emociòn. Lo invitò a volar con ella, y los dos viajaron por el cielo en completa armonìa. Ella admiraba, veneraba, adoraba al pàjaro.
Pero entonces pensò: <<¡Tal vez quiera conocer algunas montañas distantes!>> Y la mujer tuvo miedo. Miedo de no volver a sentir nunca màs aquello con otro pàjaro. Y sintiò envidia, envidia de la capacidad de volar del pàjaro.
Y se sintiò sola.
Y pensò: << Voy a poner una trampa. La pròxima vez que el pàjaro venga, no volverà a marcharse.>>
El pàjaro que tambièn estaba enamorado, volviò al dìa siguiente, cayò en la trampa y fue encerrado en la jaula.
Todos los dìas ella miraba al pàjaro. Allì estaba el objeto de su pasiòn, y se lo enseñaba a sus amigas, que comentaban: << Eres una persona que lo tiene todo.>> Sin embargo, empezò a producirse una extraña transformaciòn: como tenìa al pàjaro, y ya no tenìa que conquistarlo, fue perdiendo el interès. El pàjaro, sin poder volar ni expresar el sentido de su vida, se fue consumiendo, perdiendo el brillo y se puso feo, y ella ya no le prestaba atenciòn, excepto para alimentarlo y limpiar la jaula.
Un buen dìa, el pàjaro muriò. Ella se puso muy triste, y no dejaba de pensar en èl. Pero no recordaba la jaula, recordaba sòlo el dìa que lo habìa visto por primera vez, volando contento entre las nubes.
Si profundizase en sì misma, descubrirìa que aquello que la emocionaba tanto del pàjaro era su libertad, la energìa de las alas en movimiento, no su cuerpo fìsico.
Sin el pàjaro, su vida tambièn perdiò sentido, y la muerte vino a llamar a su puerta. <<¿Por què has venido?>>, le preguntò a la muerte.
-Para que puedas volar de nuevo con èl por el cielo -respondiò la muerte-. Si lo hubieses dejado partir y volver siempre, lo admirarìas y lo amarìas todavìa màs; sin embargo, ahora necesitas de mì para poder encontrarlo de nuevo.
miércoles, octubre 11, 2006
Once Minutos
El deseo profundo, el deseo màs real es aquel de acercarse a alguien. A partir de ahì, comienzan las reacciones, el hombre y la mujer entran en juego, pero lo que sucede antes, la atracciòn que los uniò, es imposible de explicar. Es el deseo intacto, en estado puro.
Cuando el deseo todavìa està en ese estado puro, hombre y mujer se apasionan por la vida, viven cada momento con veneraciòn, y conscientemente, esperan siempre el momento adecuado para celebrar la siguiente bendiciòn.
Asì las personas no tienen prisa, no precipitan los acontecimientos con acciones inconscientes. Saben que lo inevitable se manifestarà, que lo verdadero siempre encuentra una manera de mostrarse. Cuando llega el momento, no dudan, no pierden una oportunidad, no dejan pasar ningùn momento màgico porque respetan la importancia de cada segundo.
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